UNA GRAN HERENCIA...
Tras más de veinte años de formación analítica, decidí dedicarme a la cocina en lugar de trabajar en una consulta. Así que, de forma totalmente autodidacta, abrí el primer restaurante vegano de Ginebra. Mi cocina es una parte muy importante de mi vida, que llevo a cabo según mis convicciones y con generosidad, y tiene la virtud de reconectar a todo el mundo con la naturaleza y con los demás. Mi idea de la hospitalidad surge de ahí. Tanto en Le Galinier o Le Moulin como en todos los demás los establecimientos Beaumier, mi deseo es que nuestros huéspedes vuelvan a saborear los placeres sencillos que ofrece la zona, como por ejemplo disfrutar de un ramo de flores del jardín, tomar un aperitivo durante una partida de petanca, o compartir una cena interminable al aire libre... ¡La auténtica vida de vacaciones!
Tras más de veinte años de formación analítica, decidí dedicarme a la cocina en lugar de trabajar en una consulta. Así que, de forma totalmente autodidacta, abrí el primer restaurante vegano de Ginebra. Mi cocina es una parte muy importante de mi vida, que llevo a cabo según mis convicciones y con generosidad, y tiene la virtud de reconectar a todo el mundo con la naturaleza y con los demás. Mi idea de la hospitalidad surge de ahí. Tanto en Le Galinier o Le Moulin como en todos los demás los establecimientos Beaumier, mi deseo es que nuestros huéspedes vuelvan a saborear los placeres sencillos que ofrece la zona, como por ejemplo disfrutar de un ramo de flores del jardín, tomar un aperitivo durante una partida de petanca, o compartir una cena interminable al aire libre... ¡La auténtica vida de vacaciones!