En la carretera de Estérel, frente al mar y la Île d’Or,
una construcción modernista de los años cincuenta llama tu atención.
No hay ningún otro edificio a la vista
desde esta « terraza » sobre el Mediterráneo.
El único horizonte son los pinos,
una piscina de agua salada y el mar,
que rodean las habitaciones, los restaurantes, el spa,
el corredor de natación y los arbustos.
Por todas partes, el encanto de la Costa Azul en versión cinemascope.

En la carretera de Estérel, frente al mar y la Île d’Or, una construcción modernista de los años cincuenta llama tu atención. No hay ningún otro edificio a la vista desde esta « terraza » sobre el Mediterráneo. El único horizonte son los pinos, una piscina de agua salada y el mar, que rodean las habitaciones, los restaurantes, el spa,  el corredor de natación y los arbustos. Por todas partes, el encanto de la Costa Azul en versión cinemascope.

CON VISTAS

Los salones, restaurantes y habitaciones de Les Roches Rouges tienen vistas al mar para disfrutar en plenitud. Todo el paisaje se divisa perfectamente desde el interior. Esculturas antiguas, libros escogidos, cortinas delicadas y flores locales lo llenan todo. ¡Y los colores! azul mediterráneo, rojo de Estérel, amarillo limón... Una inmersión en la luz.

Los salones, restaurantes y habitaciones de Les Roches Rouges tienen vistas al mar para disfrutar en plenitud. Todo el paisaje se divisa perfectamente desde el interior. Esculturas antiguas, libros escogidos, cortinas delicadas y flores locales lo llenan todo. ¡Y los colores! azul mediterráneo, rojo de Estérel, amarillo limón... Una inmersión en la luz.

LA PROVENZA COMO CRISOL

En Les Roches Rouges, la región manda en la cocina. Sus tradiciones culinarias y sus productos cotidianos, procedentes de la tierra y el mar circundantes, marcan la pauta. El chef crea con ellas, tres maneras. Para la cocina de estrella Michelin, el Récif; para el bar-restaurante mediterráneo La Plage; y para el mostrador junto a la piscina, La Cabane.

En Les Roches Rouges, la región manda en la cocina. Sus tradiciones culinarias y sus productos cotidianos, procedentes de la tierra y el mar circundantes, marcan la pauta. El chef crea con ellas, tres maneras. Para la cocina de estrella Michelin, el Récif; para el bar-restaurante mediterráneo La Plage; y para el mostrador junto a la piscina, La Cabane.

A PLENO SOL

Emblema de la Costa Azul, aquí el sol brilla por todas partes. En el exterior, alrededor de sus piscinas, sus jardines y durante la práctica de deportes al aire libre. Dentro, en el spa, con sus tratamientos solares, Kalmar y Holidaymie. Y pronto, más prácticas de bienestar para descubrir.

Emblema de la Costa Azul, aquí el sol brilla por todas partes. En el exterior, alrededor de sus piscinas, sus jardines y durante la práctica de deportes al aire libre. Dentro, en el spa, con sus tratamientos solares, Kalmar y Holidaymie. Y pronto, más prácticas de bienestar para descubrir.

LA COSTA AZUL DE FORMA DIFERENTE

Además de relajarse junto al mar, Saint-Raphaël ofrece otras formas de (re)descubrir el litoral. Al aire libre, en los jardines paisajísticos; en kayak o a remo, en los ríos de los alrededores; en bicicleta de montaña por los senderos del macizo de Estérel... El resultado son momentos únicos y recuerdos imborrables.

Además de relajarse junto al mar, Saint-Raphaël ofrece otras formas de (re)descubrir el litoral. Al aire libre, en los jardines paisajísticos; en kayak o a remo, en los ríos de los alrededores; en bicicleta de montaña por los senderos del macizo de Estérel... El resultado son momentos únicos y recuerdos imborrables.